¿Es la endogamia un peligro real?

¿Es la endogamia o el incesto un peligro para los seres humanos? ¿En qué afectan este tipo de relaciones a las vidas de las personas?

En este artículo vamos a tratar uno de los temas más controvertidos en occidente: el incesto o endogamia.

Nuestra academia regulatoria de idioma, la RAE, define al incesto como “Relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio”. Según esta definición, la RAE nos indica que existen grados de parentesco en los que está prohibido el matrimonio.

La realidad es que esta prohibición es un concepto cultural muy arraigado en Occidente, pero que en Oriente está mucho más desmitificado.

Cuando hablamos de incesto, a la mayoría de los occidentales se nos vienen a la mente ideas atroces y aberrantes. Muchas veces lo relacionamos con diferencias de edad y terminamos mezclando este concepto con el de la pedofilia.

Esta forma de pensar en Occidente, construida con ignorancia a través de los años, y que se remonta hasta la Edad Media, no es más que un rasgo cultural que arrastramos.

En verdad, muy pocos de nosotros nos detenemos a pensar por qué “está mal” el incesto, y solo nos dejamos llevar por lo que escuchamos a nuestro alrededor.

La realidad es que si nos detenemos a analizar el tema del incesto como tabú social, encontraremos que muchos de sus fundamentos no están comprobados o directamente ni siquiera son reales, sólidos o científicos.

Una breve historia de mentiras: el incesto

El tabú del incesto comienza a implantarse en la cultura occidental en la Edad Media, con las primeras teorías antropológicas, muy relacionadas con la monarquía de la época.

La teoría más conocida, que hasta hoy en día sigue siendo uno de los fundamentos más usados por los que se oponen al incesto, es la llamada Teoría de la Alianza.

La Teoría de la Alianza, propone un panorama en el cual los hermanos de las mujeres de las familias monárquicas permiten el casamiento de estas con otras familias, para lograr acuerdos u algún tipo de beneficio de la época.

Básicamente, es un planteamiento con un fuerte contenido de hombres ejerciendo propiedad sobre la libertad de las mujeres, cuyos hermanos “dejaban paso” a otros hombres para que pudieran casarse con ellas.

Más adelante en el tiempo surge la genómica, una ciencia que se dedica al estudio de los genes.

Los conocimientos que esta ciencia fue recolectando sobre el ADN humano luego se recolectaron para crear probabilidades de herencia de enfermedades genéticas.

Puedes haber escuchado alguna vez la frase: “los hijos entre familiares pueden tener deformidades”, o alguna parecida. Este tipo de datos no es cierto ni está comprobado, pero se relaciona con el estudio de las enfermedades genéticas (que, por cierto, no son solo deformaciones).

La genómica junto a otros campos de estudio del tema ADN y reproducción han llegado a plantear un modelo teórico basado en una función matemática simple para determinar el supuesto grado de probabilidad de herencia de enfermedades genéticas, es decir, qué probabilidad habría, según el grado de parentesco de la pareja, de que sus hijos heredaran una enfermedad genética.

La conclusión es la siguiente:

Y el cuadro sigue, dividiendo por dos el porcentaje a medida que el grado de parentesco se aleja.

Los humanos: pruebas vivientes del error de la fórmula

¿Conoces la Teoría del Ancestro Común?

Pues, la mayoría de la ciencia concuerda en que, en principio, existían pocos organismos vivientes que fueron reproduciéndose entre sí y evolucionando hasta formar la gran variedad de seres vivos que habitan el planeta.

Esto quiere decir que, cuando el humano comenzó a existir como tal, habían pocos especímenes de ellos, que fueron reproduciéndose entre sí.

Al ser una cantidad reducida, al tiempo, todos ellos comenzaron a tener un grado de parentesco, ya que su linaje se iba mezclando, pero era limitado.

Esto quiere decir que, a día de hoy, todos los seres vivos tenemos un cierto grado de parentesco, y dentro de nuestra misma especie, más aún.

Con esto podríamos concluir que somos el fruto de relaciones incestuosas, por más bajo que fuese el grado de parentesco.

Pero esto no se queda ahí. Volvamos a la genómica.

El tema de la herencia genética es muy extenso, pero podemos resumirlo de la siguiente manera:

Cuando dos individuos tienen un hijo, este hereda una copia de cada gen de cada uno de los progenitores, los cuales, a su vez, tienen dos copias de cada gen.

Entonces tenemos dos copias de cada gen; una dominante y una recesiva. La primera será la utilizada por su ADN, mientras que la segunda será la reserva ante un daño en la primera.

Para que el hijo de una pareja herede una enfermedad genética se deben heredar ambos genes dañados, una probabilidad mucho inferior a la que se plantea en el cuadro anterior.

¿Por qué?

Porque para que esto sea posible, ambos progenitores deberían tener una copia del gen dañado y heredarla, algo que es matemáticamente poco probable, pero que además no suele darse por nuestro diseño, el cual está preparado para perpetuar la especie, y tratará siempre de crear herencia sana. Esto quiere decir que estamos naturalmente predispuestos a heredar nuestra copia sana del gen.

Otros problemas

Como verás, hemos descartado los dos fundamentos básicos en contra del incesto: las enfermedades genéticas y la Teoría de la Alianza, la cual está repleta de conceptos anticuados, como la pre-elección del casamiento de los hijos o la posesión del hombre sobre la mujer.

Con respecto al ADN, podemos ver que el peligro no es tan grande como se ve en un inicio, y que por diseño estamos preparados para evitarlo.

Ahora, la duda que puedes tener es: ¿Existen otras afirmaciones contra el incesto?

La respuesta es sí, pero son puramente culturales.

Si nos referimos a problemas reales (como las enfermedades genéticas), el único problema que podría plantearse es el de la reproducción, pero no existen otros problemas relacionados con el incesto que podríamos considerar para prohibirlo.

Conclusión

Ahora puedes plantearte que no hay problema alguno con el incesto y que puedes tener hijos con cualquier pariente de cualquier grado de parentesco, y la respuesta corta a esto es: no.

Debemos tener en cuenta la variedad genética al momento de plantear relaciones, ya que si bien el riesgo de las enfermedades genéticas es bajo, se incrementa cuando se acotan los genes frescos.

En el libro “La Mentira del Tabú del Incesto”, de autor anónimo, se afirma que el grado de parentesco seguro para relaciones de pareja con hijos es el tercer grado, para mantener una variedad genética aceptable.

Sí quieres saber más sobre el tema, puedes leer este libro, el cual es sumamente sencillo de entender y se basa en más de 20 fuentes registradas.

Leer gratis: “La Mentira del Tabú del Incesto” 👉 https://bit.ly/3ojbcrj

Hace pocos años, en muchas partes del mundo estaba prohibido el divorcio, y hace menos aún, la homosexualidad se castigaba duramente. La sociedad ha ido avanzando, y todos los conocimientos deben servir para un cambio positivo.